viernes, 15 de julio de 2011

250€ a la basura

“Al pan, pan y al vivo, vino”

            Los datos son absolutamente escandalosos. Según el estudio “Save food” realizado por Albal, los datos recogidos muestran que en torno al 20% de la comida que compran los españoles se tira.
Esto se traduce en 2,9 millones de toneladas de alimentos que cada año tienen como destino la basura.
En dinero, medida con la que asimilamos mejor los datos, ¡será que cuando afecta al bolsillo duele más! se traduce en 11.000 millones de euros en comida desperdiciados, es decir, unos 250€ por persona.
¿Qué es lo que recomiendan desde el Estudio Albal y el informe Global food losses and food waste  para evitar la pérdida de tales cantidades de alimentos?

Seguir la La ley del pobre: “reventar antes que sobre”

            El estudio demuestra que podría haberse evitado que más del 50% de los alimentos fueran desechados, ya que las causas más comunes son una inadecuada planificación y el incorrecto almacenaje (dos de cada tres europeos no planificamos). El estudio Albal recomienda una correcta planificación, gestión y almacenamiento para conservar los alimentos o evitar que se tiren.
            Tendemos a comprar más de lo que vamos a consumir. ¡Cuantas veces vamos con el carrito de la compra y no sabemos distinguir lo que necesitamos de lo que nos apetece o seduce! (“Novedad”, “2x1”, “el tercero a mitad de precio”…). Un informe dedicado al envasado de alimentos en los países en desarrollo y elaborado por el congreso Save Food!, demuestra algo que parece obvio; el envasado es un factor clave que influye en las pérdidas ocurridas en casi todos los niveles de la cadena alimentaria.



Liderando Europa

“Una Europa dividida se abona a la sinfonía del desconcierto” (ABC)
“Blanco dice que Europa necesita mayor coordinación frente a la crisis” (Expansión)
“Alemania afirma que la crisis griega pone en peligro al euro” (El Universal)
“Barroso advierte de que no hay un “Plan B” para Grecia”  (El País)
¿A qué juega la UE? El FMI pide a los políticos zanjar el debate sobre Grecia.
(El economista)

            Estos eran algunos de los titulares que encabezaban la prensa digital de los últimos días, asociados invariablemente todos ellos a Europa y al papel que está liderando (o no), en la situación de crisis actual, especialmente en relación a Grecia.
            Comentaba el secretario del Tesoro Timothy Gaither, que la Unión Europea necesitaba una estrategia unificada, simple, clara y que dijera cosas.
            Desde fuera de Europa, los inversores se encuentran completamente desorientados ante tanto ruido, desde dentro, algunos países abogan por tenderle una mano al país griego que se encuentra en el punto de mira, unos por solidaridad real, otros porque nada dice que no pudieran encontrarse, antes o después, en la misma situación. Otros consideran que no es justo tender la mano a países en situación extrema, cuando antes han estado derrochando.
Todas las posturas parecen comprensibles y debieran ser analizadas debidamente, lo que parece evidente, es que la Unión Europea necesita un mensaje claro, unidireccional y contundente. Y mientras llega y no, nosotros podríamos recordar que las sociedades de los Estados miembros tienen como valores característicos comunes el pluralismo, la tolerancia, la justicia, la no discriminación y (sobre todo) la solidaridad, es decir, obligaciones contraídas in solidum (aquellas que deben cumplirse íntegramente).
Leyendo algunos textos relacionados con los orígenes de la Unión Europea, he encontrado un fragmento, que parecía hecho adrede para este post, escrito por Robert Schuman, Ministro de Relaciones Exteriores francés y propulsor en 1950 de un proyecto de integración europea (daría lugar a la CECA). 
Puede que tengas de darle una vueltita de rosca porque es del año 1953, pero estoy segura de que le encontrarás ese punto sutil que invita a la Unión Europea a permanecer unida, y a sus instituciones a tomar las riendas.  

“Europa, que antaño fue la maestra de los cinco continentes y que, a pesar de los errores cometidos, a pesar de sus desgarros internos, ha fundado imperios y civilizaciones, ha estado en el origen de todos los debates de técnica y de espíritu. ¿Podría acaso resignarse Europa a estar a remolque, incapaz de decidir por sí misma su vida? No puede aceptar el papel de Grecia, convertida en provincia romana, en provincia de tercera división, invadida a la vez por las legiones romanas como por las ideologías orientales. Igual que el final de Grecia fue el final del helenismo, el final de Europa, sería el final de la cultura europea.

Abandonar a Europa no sólo supondría levantar acta de un suicidio, sino asumir ante la Historia la terrible responsabilidad de haber dejado perderse un patrimonio que nos confió hace 2000 años y al que nuestros antepasados confirieron un brillo incomparable. Debemos y queremos devolver a Europa su irradiación. Su fuerza e independencia: en otras palabras, queremos que esté nuevamente en su misión secular de guía y de árbitro…” (Robert Schuman)

Conferencia de Luxemburgo 07/12/1953, “Pourquoi et comment unir l´Europe”, recogida en R. Poidevin pp. 186-187.

viernes, 8 de julio de 2011

¿Quién es Booba y quién es Kiki?

  Dime, según tu percepción ¿cuál de estás figuras se llama Booba y cuál Kiki?

Ahora imagina que la envidia fuera azul, que el cielo supiese a fresa o que las letras tuviesen colores asignados  ¿No te parecería impresionante percibir las cosas de esta manera?
Pues existen personas que  perciben las cosas de esta manera a través de la asociación de sensaciones y sentidos. Son los llamados sinestésicos.

La RAE recoge la sinestesia como aquella “sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado a otra parte de él” o como aquella ”imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente”
Se dice que un sinestésico puede ver sonidos, oír colores y obtener sensaciones gustativas al tocar un objeto. Y es que en el fenómeno de la sinestesia, están involucrados los colores, los sentidos, las sensaciones, las texturas y las formas.
De esta manera, las personas pueden percibir los números o las letras con diferentes colores o que los días de la semana o meses del año tengan sabores determinados.
Reconozco que me produce una tremenda curiosidad el hecho de poder percibir las cosas de un aforma diferente, aunque sólo fuera por unos segundos.
Yo no soy sinestésica, pero ¿y tu?. Has de tener en cuanta, como primera aproximación; 
- Por un lado, la experiencia debe perdurar en el tiempo, es decir, la  experiencia de los sentidos debería mantenerse desde la infancia a la edad adulta.
- La experiencia de los sentidos en la sinestesia tiene que ser involuntaria, es decir, no debe existir un aprendizaje previo.
- Existen drogas que producen los efectos de la sinestesia, por ello, para que puedas ser considerado sinestésico, evidentemente, no puede ser producto del consumo de sustancias.

Después de estos tres puntos, probablemente caigas en la cuenta de que no tienes sinestesia. 
 
¿No habrás olvidado las imágenes del principio? Booba y Kiki.
Entre un 95-98% de la gente le asigna el nombre Kiki a la figura angular naranja y Booba a la figura redondeada violeta. El motivo es que la figura violeta es llamada Booba porque los labios forman una figura redondeada para producir el sonido. Al contrario que con la otra figura kiki.
Según el test diseñado por el psicólogo Wolfgang Köhler, se puede demostrar que las personas no asignan de forma arbitraria los sonidos a las formas.

Quizás no seamos sinestésicos, pero somos de ese 98% que ha acertado, ¿verdad?

miércoles, 6 de julio de 2011

Las incompatibilidades de trabajar en España

             Leía hace unos días un artículo escrito por Elisa. G. McCausland en la Revista Profesiones de 2009. El título “El futuro está en los séniors” me pareció tremendamente sugerente para tratar la orden ministerial TIN/1362/2011, que entró en vigor el 1 de julio, con la que el artículo que mantiene una estrecha relación.

            Decía este artículo acerca de los “trabajadores maduros” que se convertirían, en uno de los mayores recursos ya que el talento sería una fuente cada vez más preciada, porque escasearía, según mostraba un informe realizado por Adecco en aquel momento. Teófilo Pozo, secretario General  de Secot (asociación sin ánimo de lucro formada por profesionales jubilados, que ofrecen experiencia y conocimientos a jóvenes profesionales en materia de gestión empresarial), añadía “actualmente los profesionales tienen más futuro por delante después de jubilarse que el que tuvieron como profesionales”. Y es del futuro profesional tras la jubilación junto con el régimen de incompatibilidades a la percepción de la pensión de jubilación del sistema de la Seguridad Social con la actividad desarrollada por cuenta propia por profesionales colegiados, recogida en la orden ministerial TIN/1362/2011, de 23 de mayo, el tema del que quería tratar en este post.

            Hasta ahora, cobrar la pensión por jubilación era compatible con ejercer un trabajo por cuenta propia y hacer uso de mutualidades alternativas al Régimen Especial de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos (RETA).
            La orden ministerial establece, que los profesionales liberales jubilados que trabajen por cuenta propia, no podrán percibir la pensión de la Seguridad Social por incompatibilidad con la afiliación a una mutualidad de previsión social alternativa al sistema de la Seguridad Social. Se trata, en definitiva, de una norma que pone pegas a los profesionales liberales para trabajar tras su jubilación.
            Hay que destacar que la orden no afecta a quienes hayan compatibilizado trabajo y pensión además de a aquellos que hubieran cumplido los 65 años, antes de la entrada en vigor de la norma (1 de julio)

            El sistema público y el privado son completamente distintos, y hacer uso de uno u otro o de ambos, no debería llevar aparejada su incompatibilidad. Por otro lado, la medida pretende “dejar hueco” a los profesionales que vienen, pues se entiende que el hecho de que los profesionales maduros trabajen más tiempo, puede llagar a entorpecer el acceso a los jóvenes profesionales (sabia nueva).
La experiencia y el conocimiento lo da el trabajo tras varios años, algo absolutamente inaccesible para un profesional joven, quien aunque lo supla con esfuerzo y dedicación, no adquirirá el conocimiento y la experiencia propia de la trayectoria profesional, ayuda de gran utilidad para los profesionales jóvenes, como referente y guía.
            Al parecer, esta medida podría afectar a 500.000 profesionales de diferentes colectivos; entre ellos abogados, médicos, arquitectos técnicos, ingenieros superiores y técnicos… Ante esta situación, un alto porcentaje de profesionales tendrá que replantearse su futuro tras la jubilación.

            Contenía el artículo mencionado al inicio del post, que el Informe Trianual de Estrategia Nacional de Pensiones, elaborado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, estimaba que la Seguridad Social tenía garantizado el equilibrio de sus cuentas hasta el año 2019, sin embargo, apuntaba entonces José Ruiz Sánchez, vicepresidente del Consejo General de Graduados Sociales y presidente del Colegio Oficial de Graduados, que el informe se realizó teniendo en cuenta una evolución de la actual crisis, en la que la recuperación comenzaría a mediados de 2009, y como no ha sido así, la estabilidad de las pensiones podría verse comprometida mucho antes de lo que se esperaba.

Pues vaya si acertó…

¿Crees que es importante poder contar con el conoccimiento y la experiencia de los profesionales maduros o crees que es una traba para los profesionales jóvenes que necesitan un puesto en el mercado laboral? 

lunes, 4 de julio de 2011

¿Ordenador o estetoscopio?

            No hace muchos años, cuando uno iba a la consulta de su médico de confianza, el profesional de la medicina, en no demasiado tiempo, podía valerse de la observación para determinar un diagnóstico. Y es que la forma de caminar del paciente, el color, manchas o textura de la piel, la forma de los lunares, el color de las uñas, el ritmo de los movimientos, eran datos que tenían gran valor, y en los que el doctor se apoyaba para poder acercarse o alejarse a los síntomas.…¡Vamos! que prácticamente, entrar en la consulta era para el paciente un ejercicio de expresión y para el profesional un ejercicio de observación, psicología y conocimiento previo.  
Tener como referencia gestos y movimientos de alguien que decía no sentirse bien, a pocos metros de distancia, era y es un elemento de provecho, que si el experto es capaz de interpretar adecuadamente, aporta gran información.
El doctor argentino en Ciencias de la Comunicación Social y experto en Comunicación no verbal, Sergio Rulicki,  defiende que un médico de atención primaria puede apoyarse en la comunicación no verbal procedente del paciente para determinar un diagnóstico. Pues al conocer sus gestos y estar familiarizado con el significado de estos, podría ayudarle a diferenciar las emociones que está experimentando y, de esta forma, determinar el diagnóstico de una forma más acertada.
La telemedicina, como disciplina científica a caballo entre la tecnología y la medicina, se apunta ahora al carro de la inmediatez, de la agilidad del proceso, de la segunda opinión y el trabajo en equipo.
Y ahora, la medicina tradicional y la telemedicina, parece que pueden verse reñidas.
Hacer uso de las tecnologías informáticas y de telecomunicación, además de la telefonía móvil, internet, videoconferencia y comunicación por satélite, genera grandes ventajas como el intercambio y circulación de pruebas, permitiendo contar con opiniones de otros profesionales de forma inmediata, agilizar el tiempo para determinar un diagnostico, facilitar el acceso a la medicina a personas o grupos que se encuentran aisladas o tienen dificultades de acceso, también acercar la medicina a situaciones de emergencia o catástrofes…
Lo relevante de toda esta situación en la que parece que lo viejo tiene que dejar paso a lo nuevo, de esta gran revolución de la tecnología, es apostar siempre por la convivencia del tratamiento directo, personalizado y humano con el paciente, junto con las mejores y más eficientes tecnologías y que el profesional no delegue competencias que sólo tiene capacidad de hacer el ser humano, en una máquina.

viernes, 1 de julio de 2011

Talento VS. Experiencia


España, cuenta actualmente, con una tasa de paro del 21,29%, según una estimación trimestral de la Comisión Europea de la situación social y laboral de la UE. Bruselas advierte, además, de que la tasa de desempleo española seguirá subiendo en 2011 y que los primeros indicios de creación de puestos de trabajo, no aparecerán como pronto hasta finales de 2011.
En un momento de crisis en el que no hay suficientes puestos de trabajo y sí hay muchos profesionales luchando por hacerse un hueco en un ámbito profesional, en el que no hay trabajo para todos, la lucha Talento vs. Experiencia cobra especial fuerza.

Los puntos de conflicto en los que los profesionales jóvenes pueden sacar algo de ventaja a los profesionales maduros, en líneas generales, se basan en tres pilares y se recumen en un concepto; TALENTO.

- Remuneración más baja para los jóvenes profesionales
- Talento. Creatividad, innovación y emprendimiento.
- Dominio de las nuevas tecnologías y de idiomas.
 Éstos parecen los aspectos que, por compensación, hacen a los empresarios integrar en sus plantillas a profesionales jóvenes.

El problema es que al final el planteamiento se queda cojo. ¿De que sirve el talento si desaparecen las personas que gracias a su experiencia y conocimiento profesional, pueden actuar como guía para que el trabajo realizado sea eficiente?
¿Porqué excluir en lugar de integrar para lograr una economía estable y creciente?
El punto de inflexión parece claro, no hay dinero para todos.

¿Tu qué opinas, exclusión o integración?

Trabajar quemado y no precisamente por el sol


Llámalo como quieras: síndrome de "burnout",  síndrome de desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional (SDO), síndrome del trabajador desgastado, síndrome del trabajador consumido, en definitiva, cualquiera de estos nombres hace referencia al cuadro clínico de un trabajador que está quemado con el trabajo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, liderado por Jesús Montero-Marín y Javier García-Campayo han diseñado una herramienta-cuestionario que permite obtener un diagnóstico más específico del síndrome de “burnout”.
Se han presentado tres grupos diferentes, identificados con una serie de características, que permite delimitar el perfil del profesional quemado y los motivos o causas.
Son el “tipo frenético”, el tipo “sin desafíos” y por último“el tipo desgastado”. Sin profundizar más, ¿te situarías en alguno de estos títulos?

Ahora veamos en qué consiste cada uno. (Lo transcribo del diario digital donde he visto la noticia y no he podido evitar tratarlo en un post).

El tipo "frenético" trabaja cada vez más duro hasta el agotamiento, buscando éxitos a la altura de la tensión ocasionada por sus esfuerzos, y se caracteriza por una implicación excesiva, grandes ambiciones y por la sensación de abandono de la vida personal y de la salud en el trabajo.
Está relacionado con el tiempo invertido en las tareas del trabajo y en este perfil suelen incluirse aquellos sujetos con jornadas partidas, pluriempleo o contratos temporales, situaciones que les obligan a implicarse mucho más para mantener el puesto de trabajo.

El tipo "sin desafíos", vinculado al tipo de ocupación, lo conforman trabajadores que se encuentran insuficientemente retados, puesto que han de afrontar condiciones laborales poco estimulantes que no les proporcionan la satisfacción necesaria, y se caracterizan por su indiferencia, aburrimiento y falta de desarrollo personal en el puesto de trabajo.
Generalmente se trata de sujetos que desarrollan tareas monótonas o repetitivas y afecta más al género masculino, tal vez debido a que entre los varones las expectativas sociales de logro depositadas en el ámbito laboral son mayores.

El tipo "desgastado", ligado al tiempo que se lleva trabajando en la misma empresa, está formado por sujetos que se rinden frente al estrés o la ausencia de gratificación y se caracterizan por sentimientos de falta de control sobre los resultados de su trabajo y falta de reconocimiento de los propios esfuerzos, así como por el abandono o desatención de sus responsabilidades.

Los efectos producidos por esta sensación en el trabajo son muy negativos y afectan a la salud y la calidad de vida. Desde depresión, absentismo, adicciones, ansiedad, úlceras, gastritis hasta alteraciones cardiorrespiratorias pueden ser las consecuencias de entrar en alguno de los patrones descritos.

¿Te identificas con alguno de ellos? Espermos que no.

Pensaba, que a veces es complejo encontrar la verdadera satisfacción en el puesto de trabajo, motivación, objetivos, relaciones personales, salario, horario… Existen muchas variables que, en ocasiones no dependen de nosotros y hacen que la meta sana de querer realizar bien el trabajo y alcanzar los objetivos marcados, se acaben convirtiendo en una obsesión o en puro aburrimiento. 
Todo ello me recordaba a la Pirámide de Maslow, del psicólogo estadounidense Abraham Harold Maslow. Aquella que recoge su teoría sobre la jerarquía de las necesidades humanas. La idea es que conforme se van satisfaciendo las necesidades más básicas, identificadas con los niveles inferiores de la pirámide, los seres humanos van desarrollando deseos más elevados, asociados a los estratos superiores de la pirámide.

En ocasiones es muy sano lanzarse a elaborar una pirámide personal, teniendo como ejemplo la de Maslow. Verás como el sentimiento de control sobre tu propia vida y de establecerte escalones para alcanzar tus objetivos (en todos los ámbitos de tu vida, laboral, personal, familiar...) te cambia la perspetiva.